Primera a los Corintios 11:1-34

11  Imítenme a mí, así como yo imito a Cristo.+  Los felicito porque en todas las cosas se acuerdan de mí y se aferran a las tradiciones tal como se las transmití.+  Pero quiero que sepan que la cabeza de todo hombre es el Cristo,+ que la cabeza de la mujer es el hombre+ y que la cabeza del Cristo es Dios.+  Todo hombre que ora o profetiza con algo sobre la cabeza avergüenza su cabeza,  mientras que toda mujer que ora o profetiza+ con la cabeza descubierta avergüenza su cabeza, porque es como si llevara la cabeza afeitada.  Porque, si la mujer no se cubre, debe cortarse el cabello muy corto. Pero, si es vergonzoso para la mujer cortarse el cabello muy corto o afeitarse la cabeza, entonces debe cubrirse.  El hombre no debe cubrirse la cabeza, ya que él es la imagen+ y gloria de Dios, mientras que la mujer es la gloria del hombre.  Porque el hombre no viene de la mujer, sino la mujer del hombre.+  Es más, el hombre no fue creado a causa de la mujer, sino la mujer a causa del hombre.+ 10  Por eso la mujer debe llevar una señal de sujeción sobre la cabeza, debido a los ángeles.+ 11  Sin embargo, en lo relacionado con el Señor, la mujer no existe sin el hombre ni el hombre existe sin la mujer. 12  Porque, tal como la mujer viene del hombre,+ así también el hombre nace de la mujer. Pero todas las cosas vienen de Dios.+ 13  Juzguen ustedes mismos: ¿es correcto que la mujer le ore a Dios con la cabeza descubierta? 14  ¿No les enseña la misma naturaleza que el cabello largo es una deshonra para el hombre, 15  pero que el cabello largo en la mujer es una gloria para ella? Porque a ella se le ha dado el cabello para cubrirse. 16  Ahora bien, si alguien quiere defender otra costumbre, que sepa que ni nosotros ni las congregaciones de Dios tenemos otra costumbre. 17  Pero con estas instrucciones no los felicito, porque, cuando ustedes se reúnen, no se benefician, sino que se perjudican. 18  Para empezar, me he enterado de* que, cuando se reúnen como congregación, hay divisiones entre ustedes,+ y hasta cierto punto lo creo. 19  Porque sin duda habrá sectas entre ustedes,+ para que también sea evidente quiénes de ustedes tienen la aprobación de Dios.+ 20  Cuando ustedes se reúnen en un lugar, en realidad no es para comer la Cena del Señor.+ 21  Porque, cuando la comen, cada uno ha tomado su propia cena antes, de forma que, mientras uno tiene hambre, otro está borracho. 22  ¿Acaso no tienen casas donde comer y beber? ¿O es que desprecian a la congregación de Dios y avergüenzan a los que no tienen nada? ¿Qué puedo decirles? ¿Debería felicitarlos? En esto no los felicito. 23  Porque yo les transmití lo mismo que recibí del Señor: que el Señor Jesús, la noche+ en que iba a ser traicionado, tomó un pan 24  y, después de darle gracias a Dios, lo partió y dijo: “Esto representa mi cuerpo,+ que es dado en beneficio de ustedes. Sigan haciendo esto en memoria de mí”.+ 25  Después de haber cenado, también hizo lo mismo con la copa+ y dijo: “Esta copa representa el nuevo pacto,+ validado con mi sangre.+ Sigan haciendo esto en memoria de mí cada vez que beban de ella”.+ 26  Porque, cada vez que coman de este pan y beban de esta copa, estarán proclamando la muerte del Señor,+ hasta que él venga. 27  Por lo tanto, cualquiera que coma del pan o beba de la copa del Señor sin merecerlo será culpable de no respetar el cuerpo y la sangre del Señor. 28  Primero que se examine y se apruebe a sí mismo,+ y solo entonces podrá comer del pan y beber de la copa. 29  Porque el que come y bebe sin reconocer el cuerpo come y bebe su propia condena. 30  Por eso muchos de ustedes están débiles y enfermos, y bastantes están durmiendo en la muerte.+ 31  Pero, si examináramos lo que nosotros mismos somos, no seríamos juzgados. 32  Sin embargo, al ser juzgados, Jehová nos disciplina+ para que no seamos condenados con el mundo.+ 33  Así que, hermanos míos, cuando se reúnan para comer esa comida, espérense unos a otros. 34  Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, para que no sean condenados cuando se reúnan.+ En cuanto a los demás asuntos, los pondré en orden cuando llegue allá.

Notas

O “estoy oyendo”.

Notas de estudio

las tradiciones. El término griego parádosis, traducido aquí como “tradiciones”, se refiere a algo que se pasa de unos a otros, ya sea información, instrucciones o costumbres que se transmiten para que otros las sigan. En las Escrituras Griegas Cristianas se usa a veces para referirse a tradiciones beneficiosas, es decir, a tradiciones que reflejan aspectos apropiados o correctos de la adoración pura (2Te 2:15; 3:6). Un ejemplo de tradición cristiana apropiada que se podía transmitir a las congregaciones era la información que recibió el apóstol Pablo acerca de cómo realizar la Cena del Señor (1Co 11:23). Sin embargo, el mismo término griego se aplica muchas veces a tradiciones que se basaban en ideas erróneas o que, debido a cómo se entendían o se seguían, resultaban perjudiciales o cuestionables (Mt 15:2, 3; Mr 7:3, 5, 13; Col 2:8).

una señal de sujeción. O “una señal de autoridad”. En este capítulo, Pablo da orientación acerca del principio de autoridad (1Co 11:3). Explica que una cristiana debe cubrirse la cabeza cuando ora o profetiza en la congregación. Es una “señal” de sujeción a la autoridad, es decir, una prueba visible para todos, incluidos los ángeles, de que respeta la autoridad que Dios les ha concedido a los varones que ocupan puestos de responsabilidad en la congregación. Al cubrirse la cabeza en ciertas situaciones, la cristiana demuestra que se sujeta de buena gana a la autoridad de la congregación (1Co 11:4-6). Ver las notas de estudio de 1Co 11:5, 15.

se le ha dado [...] para cubrirse. Esta es la única vez que aparece el término peribólaion (traducido aquí como “para cubrirse”) en las Escrituras Griegas Cristianas. Se refiere a algo que una persona se echa alrededor para cubrirse, como puede ser un pañuelo o un manto que cubre la cabeza y los hombros. Entre los judíos y los griegos, el cabello largo permitía distinguir claramente a la mujer del hombre. Solo las esclavas y quizás algunas mujeres sorprendidas cometiendo adulterio llevaban la cabeza afeitada o el cabello muy corto (ver la nota de estudio de 1Co 11:5). El cabello largo de la mujer era un recordatorio natural de su sujeción a la autoridad (1Co 11:3). La cristiana que, como “señal de sujeción”, se cubría la cabeza de algún modo cuando oraba o profetizaba en la congregación demostraba ante todos, incluidos los ángeles, que respetaba el principio de autoridad (1Co 11:3-16). Ver la nota de estudio de 1Co 11:10.

se le ha dado [...] para cubrirse. Esta es la única vez que aparece el término peribólaion (traducido aquí como “para cubrirse”) en las Escrituras Griegas Cristianas. Se refiere a algo que una persona se echa alrededor para cubrirse, como puede ser un pañuelo o un manto que cubre la cabeza y los hombros. Entre los judíos y los griegos, el cabello largo permitía distinguir claramente a la mujer del hombre. Solo las esclavas y quizás algunas mujeres sorprendidas cometiendo adulterio llevaban la cabeza afeitada o el cabello muy corto (ver la nota de estudio de 1Co 11:5). El cabello largo de la mujer era un recordatorio natural de su sujeción a la autoridad (1Co 11:3). La cristiana que, como “señal de sujeción”, se cubría la cabeza de algún modo cuando oraba o profetizaba en la congregación demostraba ante todos, incluidos los ángeles, que respetaba el principio de autoridad (1Co 11:3-16). Ver la nota de estudio de 1Co 11:10.

descubierta. O “sin velo”. En la sociedad judía y en algunas partes del mundo grecorromano, por lo general se consideraba una muestra de modestia que las mujeres usaran velo o se cubrieran el cabello cuando estaban en público. De acuerdo con lo que Pablo dice en este capítulo, las cristianas del primer siglo también se cubrían la cabeza. Aun así, parece que algunas mujeres, como las hechiceras y sacerdotisas de diversos cultos, se quitaban el velo y se dejaban el pelo suelto y despeinado cuando afirmaban estar bajo la influencia de algún poder sobrenatural. En la congregación cristiana, ese tipo de comportamiento se vería como una falta de respeto al principio de autoridad y sujeción que Jehová había establecido. Puede que por eso Pablo les diera instrucciones sobre este tema a los cristianos de Corinto (1Co 11:3-10). Ver las notas de estudio de 1Co 11:10, 15.

como si llevara la cabeza afeitada. Según lo que Pablo dice aquí, se consideraba una deshonra que una mujer llevara la cabeza afeitada o el cabello muy corto. Puede que esto se debiera a que en aquel entonces la cabeza afeitada solo era común entre esclavas y quizás entre mujeres sorprendidas cometiendo adulterio. Las Escrituras Hebreas también hablan de mujeres que vieron cómo su “peinado bonito” se convertía en “calvicie”, que era una señal de duelo (Is 3:24). Aunque no están claros todos los detalles, Pablo compara la vergüenza que sentiría una mujer en esos casos a la que sentiría una mujer en la congregación cristiana que orara o profetizara sin cubrirse la cabeza. Pasaría tanta vergüenza como si llevara la cabeza completamente afeitada. Además, demostraría una gran falta de respeto por el principio de autoridad establecido por Dios (1Co 11:3-10). Ver la nota de estudio de 1Co 11:15.

se le ha dado [...] para cubrirse. Esta es la única vez que aparece el término peribólaion (traducido aquí como “para cubrirse”) en las Escrituras Griegas Cristianas. Se refiere a algo que una persona se echa alrededor para cubrirse, como puede ser un pañuelo o un manto que cubre la cabeza y los hombros. Entre los judíos y los griegos, el cabello largo permitía distinguir claramente a la mujer del hombre. Solo las esclavas y quizás algunas mujeres sorprendidas cometiendo adulterio llevaban la cabeza afeitada o el cabello muy corto (ver la nota de estudio de 1Co 11:5). El cabello largo de la mujer era un recordatorio natural de su sujeción a la autoridad (1Co 11:3). La cristiana que, como “señal de sujeción”, se cubría la cabeza de algún modo cuando oraba o profetizaba en la congregación demostraba ante todos, incluidos los ángeles, que respetaba el principio de autoridad (1Co 11:3-16). Ver la nota de estudio de 1Co 11:10.

como si llevara la cabeza afeitada. Según lo que Pablo dice aquí, se consideraba una deshonra que una mujer llevara la cabeza afeitada o el cabello muy corto. Puede que esto se debiera a que en aquel entonces la cabeza afeitada solo era común entre esclavas y quizás entre mujeres sorprendidas cometiendo adulterio. Las Escrituras Hebreas también hablan de mujeres que vieron cómo su “peinado bonito” se convertía en “calvicie”, que era una señal de duelo (Is 3:24). Aunque no están claros todos los detalles, Pablo compara la vergüenza que sentiría una mujer en esos casos a la que sentiría una mujer en la congregación cristiana que orara o profetizara sin cubrirse la cabeza. Pasaría tanta vergüenza como si llevara la cabeza completamente afeitada. Además, demostraría una gran falta de respeto por el principio de autoridad establecido por Dios (1Co 11:3-10). Ver la nota de estudio de 1Co 11:15.

una señal de sujeción. O “una señal de autoridad”. En este capítulo, Pablo da orientación acerca del principio de autoridad (1Co 11:3). Explica que una cristiana debe cubrirse la cabeza cuando ora o profetiza en la congregación. Es una “señal” de sujeción a la autoridad, es decir, una prueba visible para todos, incluidos los ángeles, de que respeta la autoridad que Dios les ha concedido a los varones que ocupan puestos de responsabilidad en la congregación. Al cubrirse la cabeza en ciertas situaciones, la cristiana demuestra que se sujeta de buena gana a la autoridad de la congregación (1Co 11:4-6). Ver las notas de estudio de 1Co 11:5, 15.

descubierta. O “sin velo”. En la sociedad judía y en algunas partes del mundo grecorromano, por lo general se consideraba una muestra de modestia que las mujeres usaran velo o se cubrieran el cabello cuando estaban en público. De acuerdo con lo que Pablo dice en este capítulo, las cristianas del primer siglo también se cubrían la cabeza. Aun así, parece que algunas mujeres, como las hechiceras y sacerdotisas de diversos cultos, se quitaban el velo y se dejaban el pelo suelto y despeinado cuando afirmaban estar bajo la influencia de algún poder sobrenatural. En la congregación cristiana, ese tipo de comportamiento se vería como una falta de respeto al principio de autoridad y sujeción que Jehová había establecido. Puede que por eso Pablo les diera instrucciones sobre este tema a los cristianos de Corinto (1Co 11:3-10). Ver las notas de estudio de 1Co 11:10, 15.

como si llevara la cabeza afeitada. Según lo que Pablo dice aquí, se consideraba una deshonra que una mujer llevara la cabeza afeitada o el cabello muy corto. Puede que esto se debiera a que en aquel entonces la cabeza afeitada solo era común entre esclavas y quizás entre mujeres sorprendidas cometiendo adulterio. Las Escrituras Hebreas también hablan de mujeres que vieron cómo su “peinado bonito” se convertía en “calvicie”, que era una señal de duelo (Is 3:24). Aunque no están claros todos los detalles, Pablo compara la vergüenza que sentiría una mujer en esos casos a la que sentiría una mujer en la congregación cristiana que orara o profetizara sin cubrirse la cabeza. Pasaría tanta vergüenza como si llevara la cabeza completamente afeitada. Además, demostraría una gran falta de respeto por el principio de autoridad establecido por Dios (1Co 11:3-10). Ver la nota de estudio de 1Co 11:15.

se le ha dado [...] para cubrirse. Esta es la única vez que aparece el término peribólaion (traducido aquí como “para cubrirse”) en las Escrituras Griegas Cristianas. Se refiere a algo que una persona se echa alrededor para cubrirse, como puede ser un pañuelo o un manto que cubre la cabeza y los hombros. Entre los judíos y los griegos, el cabello largo permitía distinguir claramente a la mujer del hombre. Solo las esclavas y quizás algunas mujeres sorprendidas cometiendo adulterio llevaban la cabeza afeitada o el cabello muy corto (ver la nota de estudio de 1Co 11:5). El cabello largo de la mujer era un recordatorio natural de su sujeción a la autoridad (1Co 11:3). La cristiana que, como “señal de sujeción”, se cubría la cabeza de algún modo cuando oraba o profetizaba en la congregación demostraba ante todos, incluidos los ángeles, que respetaba el principio de autoridad (1Co 11:3-16). Ver la nota de estudio de 1Co 11:10.

una señal de sujeción. O “una señal de autoridad”. En este capítulo, Pablo da orientación acerca del principio de autoridad (1Co 11:3). Explica que una cristiana debe cubrirse la cabeza cuando ora o profetiza en la congregación. Es una “señal” de sujeción a la autoridad, es decir, una prueba visible para todos, incluidos los ángeles, de que respeta la autoridad que Dios les ha concedido a los varones que ocupan puestos de responsabilidad en la congregación. Al cubrirse la cabeza en ciertas situaciones, la cristiana demuestra que se sujeta de buena gana a la autoridad de la congregación (1Co 11:4-6). Ver las notas de estudio de 1Co 11:5, 15.

divisiones. O “rupturas”, “cismas”. Jesús había orado para que sus discípulos estuvieran unidos (Jn 17:20-23), y Pablo estaba igual de interesado en la unidad de la congregación cristiana. Para cuando Pablo escribió su primera carta inspirada a los corintios (c. 55 e.c.), había facciones o bandos en la congregación. Algunos veían como su líder a Apolos, otros preferían a Pablo o a Pedro, y algunos seguían exclusivamente a Cristo (1Co 1:11, 12). Pablo advirtió que no se diera demasiada importancia a hombres, porque solo eran ministros al servicio de Dios y de Cristo (1Co 3:4-9, 21-23; 4:6, 7). En su primera carta a los corintios usó tres veces la palabra griega skhísma, que aquí se traduce como “divisiones” (1Co 1:10; 11:18; 12:25).

divisiones. Ver la nota de estudio de 1Co 1:10.

sectas entre ustedes. En el versículo anterior Pablo indica que había recibido informes de que existían “divisiones” en la congregación. Ahora explica que la existencia de esas facciones o bandos entre los cristianos dejaría claro quiénes tenían “la aprobación de Dios”. Los que se mantuvieran alejados de estos grupos divisivos y se esforzaran humildemente por fomentar el amor y la unidad demostrarían ser cristianos fieles y verdaderos con motivos puros. Esta es la forma en que las sectas o las divisiones permitirían identificar a los que tenían la aprobación de Dios. Para saber más acerca del significado del término secta, ver la nota de estudio de Hch 24:5.

secta. Aquí se usa la palabra griega háiresis (de donde proviene la palabra herejía). Al parecer, originalmente significaba ‘una elección’. Así es como la emplea la Septuaginta en Le 22:18, donde se habla de ofrendas voluntarias, las ofrendas que hacían los israelitas “de acuerdo con su propia elección”. En las Escrituras Griegas Cristianas, el término se refiere a un grupo de personas con una doctrina o punto de vista particular. Se usa para hablar de las dos ramas principales del judaísmo: los fariseos y los saduceos (Hch 5:17; 15:5; 26:5). A los cristianos se los llamaba “secta” o “secta de los nazarenos”, tal vez porque los que no eran cristianos los consideraban un grupo que se había separado del judaísmo (Hch 24:5, 14; 28:22). La palabra griega háiresis también se aplicó a grupos que se formaron dentro de la congregación cristiana. Jesús destacó que debía haber unidad entre sus discípulos y le pidió a Dios que así fuera (Jn 17:21). Los apóstoles también se esforzaron por conservar la unidad de la congregación cristiana (1Co 1:10; Jud 17-19). Esta unidad se rompería si se formaban grupos aparte o facciones dentro de la congregación. Por eso, al usarse háiresis para referirse a esos grupos, a esta palabra griega se le dio el sentido negativo de una facción, una división o una secta. La falta de unidad en las creencias podría provocar fuertes discusiones, divisiones e incluso enemistades (comparar con Hch 23:7-10). Así que las sectas se consideraban una manifestación de “las obras de la carne” y debían evitarse (Gál 5:19-21; 1Co 11:19; 2Pe 2:1).

la Cena del Señor. Esta es la única vez que aparece esta expresión en las Escrituras Griegas Cristianas. Se refiere a la celebración que instituyó el Señor Jesucristo antes de morir, el día 14 de nisán. El pan sin levadura y el vino que se usan en esta cena simbolizan el cuerpo y la sangre de Cristo. Mateo y Juan, que fueron testigos oculares y participantes de esta cena, explicaron cómo se celebró por primera vez y todos los sucesos que la rodearon (Mt 26:17-30; Jn 13:1-38). Aunque Marcos y Lucas no estuvieron presentes en aquella ocasión, dieron algunos detalles más (Mr 14:17-26; Lu 22:7-39). Y Pablo aportó todavía más información en sus instrucciones a la congregación de Corinto (1Co 10:16-22; 11:20-34). Según Lucas y Pablo, Jesús les dijo a sus discípulos: “Sigan haciendo esto en memoria de mí” (Lu 22:19; 1Co 11:24, 25). Otras traducciones dicen: “Hagan esto en conmemoración mía”. Así que también es apropiado llamar Conmemoración a esta celebración. El objetivo de la Cena del Señor es recordar la muerte de Jesús. Esta es la única festividad que las Escrituras mandan celebrar a los cristianos.

mientras uno tiene hambre, otro está borracho. Pablo reprendió a los cristianos de Corinto porque no estaban celebrando esta ocasión sagrada de forma unida ni digna. Unos pocos llevaban su propia cena para comerla antes o durante la celebración, y algunos de ellos incluso bebían tanto vino que se emborrachaban. Otros, en cambio, no llevaban cena y tenían hambre. Así que se sentían avergonzados delante de los que comían y bebían tanto. Ya fuera porque estaban adormilados o porque estaban distraídos, ninguno de estos cristianos se encontraba en condiciones de participar en la Cena del Señor ni de apreciar el valor de la ocasión.

recibí del Señor. Pablo no estuvo presente con Jesús y sus 11 apóstoles cuando se instituyó la Cena del Señor el día 14 de nisán del año 33 de nuestra era. Así que los detalles que da Pablo tuvo que haberlos recibido del Señor, ya fuera mediante una revelación divina o directamente de él. Algunas traducciones usan en este versículo el nombre de Dios. Sin embargo, el contexto parece indicar que aquí el término griego Kýrios (“Señor”) se refiere al Señor Jesucristo.

representa. Ver la nota de estudio de Mt 26:26.

representa. La palabra griega estín (que significa literalmente ‘es’) tiene aquí el sentido de ‘significa’, ‘simboliza’ o ‘representa’. Este sentido estaba claro para los apóstoles, porque en esta ocasión el cuerpo perfecto de Jesús estaba frente a ellos, así como el pan sin levadura que estaban a punto de comer. Por lo tanto, el pan no podía ser el cuerpo literal de Jesús. Es interesante que la misma palabra griega se usa en Mt 12:7, y muchas versiones de la Biblia la traducen como “significa”.

viniendo. Esta es la primera de las ocho veces que se menciona la venida de Jesús en los capítulos 24 y 25 de Mateo (Mt 24:42, 44, 46; 25:10, 19, 27, 31). Cada una de esas veces se utiliza alguna forma del mismo verbo griego érkhomai, que se traduce “venir”. El término se usa aquí con el sentido de dirigir la atención a los seres humanos, y particularmente se refiere a la venida de Jesús como juez para dictar y ejecutar sentencia durante la gran tribulación.

cada vez que. En este contexto, Pablo no está hablando de la frecuencia con la que se celebraría la Conmemoración, sino de la forma en la que habría que hacerlo. En griego (tanto aquí como en el versículo 25) se usa la palabra hosákis, que significa ‘todas las veces que’ o ‘siempre que’. Así que Pablo les está diciendo a los cristianos ungidos que todas las veces que celebren la Conmemoración “estarán proclamando la muerte del Señor”. Y tienen que hacerlo “hasta que él venga”, es decir, hasta que Jesús venga para recibirlos en el cielo y ejecutar su sentencia. A partir de ese momento, ya no habrá que volver a celebrar la Cena del Señor. Ver la nota de estudio de Mt 24:30.

come y bebe su propia condena. La Cena del Señor se parece a las comidas que se celebraban en el antiguo Israel cuando se hacían sacrificios de paz (o de comunión). Los que ofrecían los sacrificios se sentaban luego a comer una parte de ellos con otros (ver glosario, ofrenda de paz). Sin embargo, la Ley mosaica prohibía que una persona en estado de impureza participara en una comida sagrada. Y, si alguna lo hacía, tenía que “ser eliminada de su pueblo” (Le 7:20, 21). Durante la Cena del Señor pasa algo parecido. Cuando los cristianos ungidos por espíritu comen del pan y beben del vino (que representan el cuerpo y la sangre de Jesús), participan juntos, unidos por la fe, en una comida simbólica. También comparten esa comida con Jehová, que es el que estableció este sistema. Y, como es una comida sagrada, Pablo les advierte que deben examinarse antes de celebrarla (1Co 11:27-29). Si alguno participara en esta cena mientras todavía estuviera realizando prácticas impuras, hipócritas o contrarias a las normas bíblicas, estaría comiendo y bebiendo “su propia condena”, ya que demostraría falta de respeto por el rescate. Comparar con Heb 10:28-31.

están durmiendo en la muerte. Lit. “están durmiendo”. En este contexto parece que se refiere a una muerte espiritual.

Jehová nos disciplina. Aquí Pablo está animando a los cristianos de Corinto a aceptar la disciplina o corrección que han recibido por comportarse de forma irrespetuosa durante la Cena del Señor (1Co 11:27, 29). Si la aceptan, evitarán ser “condenados con el mundo”, es decir, con la sociedad humana que no obedece a Dios y está apartada de él. La Biblia muestra que Jehová, por amor a sus siervos, los disciplina siempre que es necesario (Dt 11:2; Pr 3:11, 12; Jer 7:28; Heb 12:5, 6).

Jehová [...] disciplina. Es posible que estas palabras de Pablo sean una alusión a Pr 3:11, 12, donde se dice: “Hijo mío, no rechaces la disciplina de Jehová [...], porque Jehová corrige a quienes ama”. En el texto hebreo original de Pr 3:11 aparece el sustantivo que se traduce como “disciplina” junto al nombre divino, representado por cuatro consonantes hebreas que se transliteran como YHWH. Por eso, en Heb 12:5, 6, donde Pablo cita de esos versículos de Proverbios, la Traducción del Nuevo Mundo usa el nombre Jehová en el texto principal (ver apén. C1). En vista de que en 1Co 11:32 se usan palabras parecidas y de que los términos griegos para “disciplina” y “disciplinar” que se emplean aquí y en Heb 12:5, 6 son iguales a los que se usan en Pr 3:11, 12 en la Septuaginta, el nombre de Dios también se utiliza en el texto principal de 1Co 11:32. Ver apén. C3 (introducción y explicación de 1Co 11:32).

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Cubrirse la cabeza
Cubrirse la cabeza

En tiempos bíblicos, las mujeres solían cubrirse la cabeza, quizás con un velo o con el manto, cuando estaban en público. Pero Pablo no se estaba limitando a comentar una costumbre de la época cuando les escribió a los cristianos de Corinto sobre este tema. Inspirado por espíritu santo, les explicó que la mujer tenía que cubrirse la cabeza al orar en público o al profetizar en la congregación, ya que Dios les había encargado estas responsabilidades a los varones (1Co 11:5). Por eso, la cristiana que se cubría la cabeza demostraba que respetaba el principio de autoridad establecido por Dios (1Co 11:3).