Todos los edificios de Warwick están en uso. A principios de septiembre, entre voluntarios de construcción y personal de tiempo completo que había venido de Brooklyn, ya vivían allí unas quinientas personas.

Un especialista revisa el acabado de los azulejos tipo espejo que se pondrán en las paredes de la entrada a la exposición “Un pueblo para el nombre de Jehová”. Los azulejos tienen un acabado especial para que parezcan antiguos y así armonicen con la temática histórica de la exposición.

Stephen Lett, del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová, dirigió el primer programa de adoración matutina que fue emitido desde Warwick. Esa mañana, el hermano Lett leyó una carta de agradecimiento dirigida a los más de 27.000 voluntarios que ayudaron en las obras de construcción y a todos los que apoyaron el proyecto de otras maneras.

Un carpintero coloca las letras en el cartel que está en la entrada de una de las tres exposiciones autoguiadas. La exposición se llama “Un pueblo para el nombre de Jehová” y cuenta la historia de los testigos de Jehová de tiempos modernos, desde la década de 1870 hasta nuestros días.

El Comité de Redacción se reúne con sus ayudantes y con miembros del Departamento de Redacción. Las pantallas muestran ilustraciones propuestas para publicaciones futuras. También sirven para que departamentos de otros complejos puedan conectarse a las reuniones. La mesa fue donada hace varios años y se llevó a Warwick desde Brooklyn.

Un ayudante del Comité de Coordinadores se reúne con otros hermanos que trabajan bajo la supervisión de ese comité. Están analizando las formas de ayudar a los afectados por el supertifón Haima (también llamado Lawin), que había azotado Filipinas el día anterior. El equipamiento para videoconferencias hace posible que los departamentos de la central mundial puedan atender los asuntos urgentes con rapidez y que se puedan poner en contacto con las sucursales de todo el mundo.

Un estanque de biorretención separa el edificio de mantenimiento de la calzada que va a la entrada principal. Este y otros estanques de Warwick utilizan sistemas naturales para retener y filtrar residuos y sustancias contaminantes del agua de lluvia. De esta manera se ahorra hasta un 50% del costo que supone instalar un sistema de drenaje convencional. El agua llega después a los arroyos de la zona y, como ha sido tratada y filtrada, contribuye a que las plantas y animales vivan en un ambiente más sano.

Un grupo de voluntarios descarga cajas de la mudanza de la central mundial de Brooklyn a Warwick. Unos ochenta trabajadores ayudaron al personal a mudarse a su nuevo hogar.

Dos panaderos depositan una enorme masa de pan en una mesa. Ya que la masa puede llegar a pesar más de 45 kilos (100 libras), se usa una máquina elevadora para que el proceso sea más fácil y seguro. La panadería de Warwick cuenta también con una cámara de fermentación. Esta se puede programar para acelerar o retardar el proceso de fermentación ajustando la temperatura y la humedad. Con este equipo se reduce la cantidad de trabajo que implica hornear cientos de panes cada semana.

Miembros del Departamento de Servicios a los Edificios se llevan la basura del edificio de mantenimiento. A diferencia de los edificios de Brooklyn, la mayoría de los de Warwick están interconectados. Así que se necesitan menos vehículos y menos personal para sacar la basura y los materiales reciclables.

Un voluntario usa una plancha para camisas. Rocía una camisa con agua para reducir las arrugas. El Departamento de Lavandería de Warwick lava un promedio semanal de más de 5.000 kilos de prendas de vestir y ropa de hogar. Para que no se pierda nada, el personal pone etiquetas con códigos de barras en todas las prendas. En varios puntos de la lavandería se escanean las etiquetas para garantizar que la ropa se procese como es debido y se entregue en el departamento o habitación correctos.

Un mecánico revisa y da mantenimiento a una plataforma elevadora que se utiliza en la central eléctrica. Este trabajo alarga la vida útil de la máquina y hace que sea más segura para los trabajadores.

Un técnico elimina errores en el programa que se usa para presentar una introducción a la exposición “La central mundial: un modelo de fe en acción”.

Unos carpinteros preparan una bicicleta de 1903 para usarla en la exposición “Un pueblo para el nombre de Jehová”. Algunos voluntarios de Warwick restauraron con esmero esta bicicleta donada para destacar el esfuerzo y los sacrificios que hacían los Estudiantes de la Biblia (después llamados testigos de Jehová) cuando usaban medios de transporte de ese tipo para llevar a otros el mensaje de la Biblia.

Dos carpinteros colocan el cristal de una vitrina que protegerá artículos relacionados con el “Foto-Drama de la Creación”, una producción basada en la Biblia que combinaba películas y diapositivas. Se estrenó en 1914 y fue vista por unos nueve millones de personas ese mismo año.

Miembros del personal del archivo histórico y una especialista en artes gráficas preparan la edición de 1544 de la Biblia latina de Zúrich para la exposición “La Biblia y el nombre divino”. La flecha roja de la biblia en primer plano señala en el texto el nombre de Dios, Jehová. El personal del archivo histórico toma precauciones para cuidar las biblias más delicadas. Por ejemplo, fijan las páginas con cintas de poliéster, regulan la humedad y la temperatura de la sala y ajustan la iluminación de fibra óptica para evitar dañar las frágiles páginas.

En compañía de un miembro del personal, unos visitantes disfrutan de una vista maravillosa del complejo de Warwick desde su torre de 23 metros (75 pies) de altura. Las visitas programadas a Warwick y a las exposiciones autoguiadas comenzaron el 3 de abril de 2017. Si desea visitar Warwick, use el sistema de reservaciones en línea que encontrará en nuestra página de Internet, en la sección SOBRE NOSOTROS > VISITE NUESTRAS SEDES.

Un miembro del personal del archivo histórico coloca en una vitrina un valioso ejemplar de la primera edición de la Biblia del rey Jacobo (King James Version, de 1611). Estas vitrinas fueron diseñadas y construidas por el personal de Warwick.

Una especialista en artes gráficas coloca un sombrero de copa en una vitrina. Ese sombrero perteneció a Joseph Rutherford, quien estuvo a cargo de la obra de los testigos de Jehová hace un siglo. En esta parte de la exposición “Un pueblo para el nombre de Jehová” se muestra lo que hicieron los Testigos cuando comenzaron a predicar las buenas noticias del Reino.

El equipo de grabación trabaja con un lector que pondrá voz a la narración de la exposición autoguiada “La Biblia y el nombre divino”. La cabina de grabación y el equipamiento se comenzó a usar poco más de una semana después de que lo desinstalaran todo en Brooklyn y lo trasladaran a Warwick. El estudio (una extensión del que se halla en el Centro Educativo de la Watchtower, en Patterson) se usa para las grabaciones de la Traducción del Nuevo Mundo, La Atalaya, ¡Despertad!, artículos de jw.org y otras publicaciones.

Una ayudante de carpintería pinta los bordes de un expositor tridimensional de fotografías. En esta parte de la exposición “Un pueblo para el nombre de Jehová” se pueden ver fotografías históricas de los Estudiantes de la Biblia a finales del siglo diecinueve.

Una artista pinta una figura de Caleb, personaje de la serie de animación Hazte amigo de Jehová. Esta figura se podrá ver en una zona que destaca los diversos recursos y materiales que los Testigos han preparado especialmente para los niños.

Un carpintero corta fotografías y carteles de vinilo para la exposición “Un pueblo para el nombre de Jehová”. Más de 250 personas, incluyendo ebanistas, programadores, diseñadores, electricistas, instaladores de azulejos, videógrafos y redactores trabajaron en las tres exposiciones desde que se idearon hasta que quedaron finalizadas.